Es curioso que sean dos textos escritos por hombres, con más de 2000 años de distancia entre sí, los que inspiren esta reflexión sobre mujeres, política y cocina en el México contemporáneo. Y es que llama nuestra atención que en materia de la división sexual del trabajo y, en particular, la identificación de la cocina doméstica como un ámbito primordialmente femenino y apolítico, poco ha cambiado desde tiempos de Platón. Por otra parte, y de manera paradójica, ambos textos, uno escrito en la Grecia antigua y el otro en los albores del México republicano, nos permiten pensar la cocina como un espacio y una práctica sediciosos, que han sido históricamente reductos femeninos para desafiar las instituciones patriarcales y defender objetivos políticos propios.
Publicado en el Boletín Antropológicas #200. Especial de la CInIG